Con la electrónica y el Jazz como influencias adulteradas y retorcidas, el quinto disco de la genial agrupación inglesa llegó como un reto al paladar popular. Es considerado como la segunda parte de su antecesor, el alabado "Kid A", por provenir de las mismas sesiones de grabación. Sin embargo, no es solo una prolongación de ese trabajo, ya que Radiohead se caracteriza por marcar nuevas etapas en cada una de sus producciones, desmarcándose de las anteriores en cada nuevo lanzamiento.
Por todo lo anterior, nos encontramos frente a un material desafiante y rico en texturas, misterioso e íntimo a la vez.